miércoles, 6 de abril de 2011

Panegírico

[Invocación].Señor, tú que eres digno de alabanza porque has decidido que nosotros, la creación insignificante que tenemos a flor de piel el pecado, tenemos la responsabilidad de adorar aquello que nuestros corazones son ciego: el infinito. ¿Por qué nos haz orientados hacia ti si somos los que dimos la espalda a tu palabra? ¿Por qué buscar a un hombre que se eterniza en nuestra memoria pero no hemos aprendido hallar? Señor, si yo mismo no me he hallado en todos los rostros que he contemplado y no he tenido misericordia en establecerme en cualquier lugar que me brinde la felicidad que tú dices darme con el solo hecho de creer en ti. Porque si te evoco en mi palabra es porque te has enunciado y me has hallado, y me has elegido como súbdito para alabarte sin conocerte. Acaso conocerte no implica mi razón y mi razón no implica demostrar, que aquello que veo, es verdad. Pero acaso tú no eres la no materia. Cómo alabarte sin conocerte. ¿Cómo saber que soy el enunciador de tu palabra para aquella humanidad sorda, vacía de contemplación a su propia imagen? Entonces Dios creó la palabra Fe para reemplazar a lo infinito, lo inexplicable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario