lunes, 14 de febrero de 2011

Decisiones


Todavía dormía ella, cuando él se levantó de la cama. La miró largamente, y en su mente volvió a escuchar sus suspiros inconfundibles de ella cuando hacía el amor. Acarició su rostro casi infantil, iluminado por una plácida sonrisa, y caminó hacia el balcón y observó el paraje que se eregía misteriosamente. Entonces entendió que el amor puede ser entendido como la perdida de la felicidad efimera, aquella que se logra entender con el tiempo cuando todo aquello se vuelve irreparable. Entonces Ulises Santamaría cogió el espejo y la biblia, y salió de la habitación sin ninguna meta establecida, solo a andar y confundirse con lo desconocido.