
Todos los marineros de Ítaca escriben mensajes para otros marineros o familiares en una pared, cerca del desembarcadero, estos serán leídos los próximos días, meses o años. Esta tradición data desde mucho antes de la fundación de la ciudad, lo que supone que hay millones de mensajes que han sido escrito uno encima del otro. El olvido, en este caso, se materializa en el tiempo que es el sol y la lluvia
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