jueves, 18 de noviembre de 2010

Puntos artísticos


En ese hotel te vi como lo que realmente eras: violento, caótico, confundido y despejado, silencioso y bullicioso. Un conjunto de puntos desorbitados que bramaban armonía. Pero diga lo que digan [Pollack] el mal existe, es un cohabitar de espacios que te confunden como cuando bebes de espaldas al mar y te preguntas sobre aquel Principio de mínima acción por la cual la luz hace el viaje más rápido hacia un espacio, porque es aquel espacio [lienzo] que te hace entender aquel desorden autómata que te enfrenta a lo sagrado, a lo profano, al movimiento rápido, profundo, eterno y brusco. Este exceso de perfección capital que no es más que aquel demonio que guardas debajo de la axila como cuando te miras al espejo y observas un conjunto de nudos que anulan tus símbolos, tu pasado, tu dinamismo, tu ir sobre las noches pisando el barro de la amargura e ir arrancando tu sangre [gota a gota] para ofrecer al inicio del todo [Tierra = lienzo]. No te he tenido cerca [Pollack], [tu foto la uso de separador de un libro de física: Teoría de las cuerdas], ni he contado los puntos de tus lienzos con mi dedo, sólo he pesando en el espacio que es todo él: la suma de puntos que al fin de cuenta es aquella nada: muerte del vacío por medio del caos.

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