miércoles, 8 de septiembre de 2010

La concretización del tiempo


El tiempo se puede convertir en memoria si trasciende y rompe la barrera de lo lineal o lo ondulatorio. Si lo logra se convertirá en un objeto. Ahí nuestra vida: la observación desinhibida de un objeto que no tiene tiempo y ni espacio, sólo la simple empresa de convertirse en unidad de un pasado que ya es indiferente, extraño y nuestro a la vez. Es así como el tiempo se convertirá en una taza de café, una bandera, un olor, una pintura, una foto que uno trata de recordar lo que uno fue aquel día.

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