miércoles, 8 de septiembre de 2010

El aprendizaje


Los maestros como Sócrates o Jesús tomaban a uno o dos alumnos y los invitaban a pasear para discutir temas filosóficos. Había solo que hacer una elucubración abstracta: seguir al filósofo en su discurso filosófico. (El espacio recorrido no importaba). De este modo se puede entender que las enfermedades veneres se podían contagiar de dos maneras: por medio físico o por el espiritual.

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