jueves, 26 de agosto de 2010

Apuntes fríos


Mi padre pega sus apuntes en la puerta del refrigerador. Gráficos, ideas, pensamientos, fórmulas matemáticas que solo a él le interesan. Desde niño siempre observe a mi padre como una persona distraída de las cosas que pasaban en la casa. Solo se concentraba cuando estaba en aquel cuarto que había adecuado para sus investigaciones. Cuando me preguntaban en la escuela la profesión que tenía mi padre siempre respondía que creaba ideas para luego ponerla a enfriar. Eso fue lo que escuche cuando yo mismo le pregunte: “Hay un momento en el hombre que debe poner las ideas a enfriar”.
Son tres recuerdos que llevo presente de mi padre: el primero, cuando llegaba a la casa, muy de noche, y lo encontraba leyendo o hablando al unísono sin importarle la hora. El segundo, cuando pegaba sus apuntes del día por las paredes de la casa. Y finalmente cuando se paraba afuera de la casa y miraba el espacio como esperando la llovizna. La demencia ya había conquistado su razón. Así cuando murió, repentinamente, trate recuperar sus apuntes fragmentados que estaban por toda la casa. Tarde meses en evaluar, discernir y llegar a la conclusión que casi nada valía la pena. Decidí, entonces, que todo lo que no entendía lo metería en una caja para luego acomodarlas a un lado del jardín. (Buscaba que lloviera y las propias gotan den muerte a las hojas de papel). Paso a transcribir lo que decidí que tenia lógica para mí:
Robert Dicke, físico de la Universidad de Princeton, sugirió una explicación a la aparente afirmación de que universo nos provee de condiciones perfectas para la vida. En 1974 Braman Carter detallo los argumentos y los llamo: Principio Antrópico. “Lo que podemos observar debe estar restringido por las condiciones necesarias para nuestra presencia como observadores” (Apunte 1). Si el universo fuera diferente, no estaríamos aquí para pensar en eso. Como estamos aquí, el universo tiene que ser la forma que es: versión del Principio antrópico débil (Apunte 2). Carter también describió sobre el Principio antrópico fuerte: “El universo debe poseer propiedades para la vida, porque fue diseñado para generar observadores (Apunte 3). El físico John Wheeler ha apoyado por mucho tiempo este punto de vista. Wheeler ha propuesto otro principio que es el participativo: “los observadores deben existir porque el acto de existirle da la existencia al mundo. (Apunte 4). El físico Alex Filippenko acepta el principio antrópico débil con unas ciertas variaciones: “Pequeños cambios en las propiedad insignificantes producidas por el universo en la cual nadie había estado ahí para certificar su existencia” (Apunte 5). Una teoría novedosa cosmológica evade este enigma proponiendo que nuestro universo es uno entre un número infinito. Cada uno con diferentes propiedades físicas (Apunte 6).
Mi padre pudo entender muchos misterios que nunca llego a juntar pero si a darnos claves de lo que su mente entendía de lo que nos rodeaba. De esa manera imagino el universo: fragmentado, total e inexplicable. Y así construyó mi hogar en su universo, su habitación en su planeta, y la refrigeradora en la luna que fue la primera incertidumbre del hombre moderno. Empezó a llover en el jardín y entonces trate de comprender mi universo y su universo que moría lentamente.

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